Bruxismo
Verónica Segura
Llega incluso
antes que la nada, que la diferida alarma
Se enrosca en la
nuca y proliferan toda clase de nudos
Repta a través de
la persiana ojerosa,
del constante resoplido
extenuado
Se apila en la
torre infinita de ropa sucia,
en las ollas que
no dan abasto nunca,
en los
alergénicos inapelables del gato, la amenaza de lluvia,
y la perenne
pelusa que flota por la construcción de la esquina.
Ríe a bocinazos en
los embotellamientos
Disipa billeteras
entre la muchedumbre
Y en la oficina
exige resultados industriales, ¡inmediatos!
mientras pone
cara de Minotauro Kafkiano
Pero para esa
edad, la dentadura ya ha sido desgastada
Ningún esmalte
sobrevive una niñez en el aula
por más que haya
sido abrigada con falsos remansos
Y se nota,
se nota en la
mordida, en las marcas que dejamos
Todos hemos
triturado hasta el cansancio
las lecciones de
cómo ser un buen ciudadano